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Gerson Urrutia Machuca sufre de esquizofrenia y no sería trasladado a un penal por irrumpir armado de una pistola en una boda de la parroquia El Sagrario, hacer disparos al aire y tomar de rehén a un sacerdote. Según sus familiares, él fue internado hace ocho años en el Instituto Nacional de Salud Mental y tomó medicinas para su enfermedad.

“Su comportamiento era agresivo, incluso con la familia. Siempre despotricaba contra los católicos debido a que fue criado con evangélicos”, contó su prima Jessy Romero.

La noche del sábado, Urrutia irrumpió en el templo situado al costado de la Catedral de Lima y causó pánico entre los invitados a la ceremonia religiosa. Diez minutos después arrojó su arma y fue capturado por la Policía.

El carpintero se encuentra detenido en la carceleta del Ministerio Público. Él llegó de Huancayo hace dos meses y vivía con su hermana. La Policía levantó cinco cargos contra él: tentativa de homicidio, delito contra la seguridad pública, tenencia ilegal de armas de fuego, peligro común y daños contra el patrimonio cultural. Sin embargo, por su condición mental no sería punible.