Cabello (izq.) es un aliado estratégico del Gobierno y ocupa cargos públicos desde hace más de una década. (Flickr)

Cabello (izq.) es un aliado estratégico del Gobierno y ocupa cargos públicos desde hace más de una década. (Flickr)

Síguenos en Facebook



Mientras la atención en Venezuela está centrada en la salud del presidente Hugo Chávez, la Asamblea Nacional reelegiría este sábado a Diosdado Cabello, un aliado estratégico del mandatario, como su titular. Este funcionario sería el encargado de conducir la transición si el ‘Comandante’ no se recupera de su más reciente operación de cáncer, la cuarta en menos de 18 meses.

La Constitución de Venezuela estipula que el jefe del órgano Legislativo tomará el poder y convocará a nuevos comicios en caso de que el presidente electo no pueda asumir su mandato el 10 enero. Esta posibilidad adquiere mayor fuerza luego de que el Gobierno revelara que Chávez padece insuficiencia respiratoria.

Cabello, de 49 años y militar como el actual jefe del Estado, preside la Asamblea Nacional desde 2011. Así reforzó el liderazgo que tenía luego de ejercer cargos públicos por más de una década. Expertos vaticinan que una transición con Cabello al frente no tendría mayores sorpresas en el país llanero.

El titular de la Asamblea ha estado junto a Chávez desde su intento de golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez, en 1992. En tanto, el actual vicepresidente, Nicolás Maduro, es el candidato natural del chavismo en caso de que se convocaran a nuevas elecciones.

Pese a lo que indica la Carta Magna, el Gobierno insiste en que la fecha es “postergable”. Esto permitiría al mandatario asumir luego su cuarto mandato mientras continúa su recuperación en La Habana. Al respecto, la oposición indicó que ante todo debe respetarse la Constitución y exigió al chavismo informar de forma transparente sobre el estado del jefe del Estado.

El chavismo, que ganó con amplia ventaja los comicios de octubre y acumuló 20 de 23 estados en las elecciones regionales, está fortalecido y tiene gran aceptación en los sectores populares de la nación. Sin embargo, es impredecible lo que pueda suceder sin su caudillo al frente.