La alcaldesa fue escuchada atentamente por el presidente Ollanta Humala.

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A continuación compartimos el discurso que ayer leyera la alcaldesa de Lima durante la celebración oficial por el 478º aniversario de la capital del país.

DISCURSO DE LA ALCALDESA

En el día de Lima, quiero saludar a quienes contribuyen a hacer de esta una ciudad mejor cada día:

A los miembros del Concejo Metropolitano de todas las bancadas, que con su práctica democrática, y muchas veces con su voto unánime, han aprobado importantes normas para la ciudad y creado programas fundamentales para su desarrollo.

A los alcaldes distritales, con quienes venimos trabajando estrechamente, a través de las mancomunidades, para solucionar juntos los problemas de todas las Limas.

Al Gobierno Nacional, representado aquí por el Sr. Presidente, en particular a los ministerios del interior, desarrollo e inclusión social, cultura, agricultura, mujer y transportes y comunicaciones, por colaborar activamente con las políticas de la ciudad.

A los 20.000 representantes de la sociedad civil que, con su participación y compromiso, hicieron posible que hoy Lima cuente, luego de muchos años, con un Plan de Desarrollo realmente Concertado.

Es con la unión de todos, de las autoridades en los distintos niveles, desde los distritales hasta el gobierno nacional, así como la iniciativa privada y de las fuerzas vivas de la ciudad, que podremos vencer los desafíos y retos de la modernidad y del progreso. Por eso, pido un aplauso para todos ustedes.

Hoy son las fiestas de Lima, esta bella ciudad que nos enorgullece y nos desafía a diario. Conmemoramos los 478 años de su fundación española como parte, lo tenemos muy presente, de esta historia milenaria que nos antecede y que es parte viva de nuestra identidad como limeños.

Lima, lo recordamos en cada aniversario, lleva en su entraña los lugares y culturas más variadas de la patria, las distintas maneras de vivir, amar y festejar de los peruanos, y es esa diversidad la que nos caracteriza como ciudad y la que celebramos este 18 de enero.

Pero Lima no solo es historia y cultura sino también una ciudad dinámica, pujante y abierta al futuro. Una ciudad cada vez más integrada al mundo y atractiva como centro de turismo y emprendimientos en la región. Que sea así es producto de una epopeya colectiva. Basta recordar los arenales que rodeaban los distritos céntricos unas décadas atrás y verlos ahora convertidos en las varias Limas que progresan en esta urbe policéntrica para sentir que nuestro reconocimiento es también a las historias personales, de esfuerzo y valentía, de millones de familias y migrantes que hicieron suya y cambiaron para siempre la ciudad.

Tenemos pues muchas razones para sentirnos orgullosos de Lima, para quererla entrañablemente, para confiar en sus energías y en su futuro, y esto me toca comprobarlo cada día en que la recorremos. Pero Lima, ciertamente, no es sólo eso: es además aquello que aún nos produce una honda insatisfacción a quienes vivimos aquí. Basadre dijo Perú, problema y posibilidad. Hoy nos diría, Lima, problema y posibilidad.

Problemas que afrontar y no esconder. Posibilidades que alentar y organizar. Lima nos exige afrontar ese reto, con los riesgos que eso supone. Escucharla, entenderla, ordenarla, liderarla.

Porque Lima también son las dramáticas debilidades de nuestra convivencia como ciudadanos, esa que vemos a diario en el tráfico, en la violencia, en el maltrato en las calles y casas, en el irrespeto de normas básicas. Y Lima también, es en muchos casos, pobreza y desigualdad en el acceso a servicios y oportunidades, afectando a los más humildes.

Esto permite entender la aspiración y el anhelo que las mujeres y los hombre de Lima colocaron cuando me escogieron para representarlos y me honraron eligiéndome como su Alcaldesa hace poco más de dos años: darle cara a aquellos temas de fondo, difíciles pero impostergables, que nos impiden ser una sociedad mejor, como lo es el ordenamiento de la capital, y contribuir a hacer de la ciudad un lugar más justo, donde la distribución territorial no sea sinónimo de desventajas sociales en las oportunidades, el acceso a los servicios o a la posibilidad de tener barrios acogedores, seguros y bellos. Una ciudad ordenada y justa, esa es nuestra visión.

1. Transporte
Como todos sabemos, para ordenar Lima hay que ordenar su sistema de transporte público. Esta reforma es central porque afecta la calidad de vida de todos los limeños: contaminación, accidentes, tiempo perdido, maltrato de usuarios, explotación de transportistas…no podemos vivir así. Lima exige un transporte público de calidad, ordenado y que reduzca el tiempo de sus usuarios. El cambio exige enfrentar resistencias, malos hábitos y años de falta de regulación y planificación adecuada. Anuncié mi determinación de llevar a cabo la reforma del transporte, y lo estamos haciendo.

Durante años, transitar por las avenidas Abancay y Manco Capac demoraba a los vecinos y vecinas que usan esa ruta 40 minutos de ida y 40 de vuelta. Casi una hora y media, todos los días, solo en ese tramo de pocas cuadras. Pero eso cambió en el último año. Ahora el tramo les demora 15 minutos en cada dirección, lo que quiere decir que estos vecinos y vecinas pueden salir de sus casas media hora más tarde, y contar con media hora más para sus vidas en la noche.

Esto es muchísimo más que tiempo. Esto es un cambio muy importante en la vida de cientos de miles de personas que se han beneficiado ya del inicio de la reforma del transporte, no solo en la Av. Abancay, sino también en las 28 rutas en las que se ha reordenado el transporte en toda la ciudad, donde el tiempo de viaje se ha reducido, en promedio, a la mitad. Esto le cambia la vida a la gente, y le ahorra a la ciudad cerca de 800 millones de soles al año.

Y esto es solo el principio de la reforma. Durante este año, se reducirá a la mitad el tiempo de viaje de los 3 millones y medio de limeños y limeñas que transitan todos los días por los nuevos corredores complementarios, que empezarán a funcionar en el segundo semestre del 2013. Y no solo reducirá el tiempo, sino también la contaminación, los accidentes de tránsito, y la incomodidad. Este es el gran año de la reforma que hemos venido trabajando en los últimos 24 meses y que nos permitirá no solo reducir el tiempo de viaje, sino también integrar el transporte de buses con el tren eléctrico y más adelante el metro. Es la reforma que permitirá implantar una única tarjeta integrada para todo el transporte público, asegurando rapidez y tarifas más baratas para las distancias largas.

En esta reforma ganamos todos. Gana el pasajero y gana su familia, pues tienen más tiempo para estar juntos. Ganan también los choferes y cobradores, que dejarán al fin de ser trabajadores sin beneficios, sin horarios, sin seguridad, sin vacaciones.

Iniciamos este proceso capacitando a 208 empresas, que agrupan a 34.000 trabajadores del transporte, quienes decidieron apostar por la reforma. Hoy, en el marco de la licitación iniciada en noviembre pasado, existe una amplísima participación de transportistas agrupados en consorcios, quienes están de acuerdo en renovar su flota con buses nuevos y no contaminantes, poner a sus trabajadores en planilla, y convertirse en operadores rentables. Ellos son quienes operarán los corredores, que son el corazón del nuevo sistema, junto al Metropolitano y los trenes.

Hoy, también, 125.000 taxistas han dado un primer gran paso en la ruta de su progreso personal. Luego del reciente empadronamiento, la Municipalidad puede anunciar que este verano se pondrán en marcha una serie de beneficios para estos trabajadores: la entrega de 125.000 credenciales nuevas, un seguro de salud y un plan de descuento para los taxistas acreditados y sus familias, capacitaciones gratuitas para entrenar a los choferes como operadores turísticos, planes de descuento para auxilio mecánico y otros servicios y, por supuesto, la fiscalización al taxi pirata.

Lima recibe cada año 150.000 automóviles nuevos. Por eso, una parte central de la reforma de la movilidad en Lima tiene que ver con la capacidad de sus calles y avenidas. La ciudad tiene un retraso de décadas en su infraestructura vial, y por eso encontramos vías principales en pésimo estado, cuellos de botella que nos atormentan todos los días, y se hace tan difícil ir de un lado al otro de la ciudad.

Pues bien, todo eso ya está cambiando. Para empezar, Lima cuenta hoy con el primer plan de mantenimiento de vías en mucho tiempo. En los últimos dos años, la Municipalidad ha invertido S/. 205 millones en el mantenimiento, rehabilitación y construcción de 320Km de vías en casi todos los distritos de la ciudad—el equivalente de ir de Ancón a Lurín, ida y vuelta, dos veces.

Pero la inversión que necesita Lima para contar con una red vial del siglo XXI equivale a 15 años de su presupuesto. Por eso, hemos acudido al sector privado, y en dos años de negociaciones y arduo trabajo, hemos conseguido un importante éxito reconocido por todos: casi 7.000 millones de soles en proyectos, financiados por empresas privadas, para que Lima pueda contar, en muy poco tiempo, con las autopistas que necesita para integrarse mejor. Con la inversión que hemos logrado para la ciudad, Lima pasará de tener los 26 intercambios viales de hoy, a un total de 60. Además, se ampliarán o construirán más de 150Km de vías, incluyendo más carriles en la Panamericana Norte, un túnel bajo el Río Rímac en el Centro, la extensión de la Ramiro Prialé hasta Chaclacayo en el Este, y la ampliación de la Vía Expresa hasta SJM en el sur. Esto ya está en curso.

Este record histórico de inversiones privadas, que se complementa con la inversión pública destinada a mejorar las vías por donde transita el transporte público, completa la reforma del transporte, y contribuye significativamente a ordenar nuestra ciudad.

Pero esta reforma integral no tiene recetas ya preparadas y listas, pues nunca se ha hecho antes en la ciudad. Por eso es tan difícil y nos presenta retos tan serios. Y algunas eventualidades.

Hace pocas semanas una crecida del río Rímac hizo ceder un muro temporal del canal provisional del proyecto Vía Parque Rímac, una obra muy importante para Lima, pues permitirá conectar Ate con el Callao en 20 minutos, y reducirá en 80% el tráfico en la Vía de Evitamiento. La empresa concesionaria ha reconocido como error propio este incidente, por no reaccionar a tiempo ente la crecida, así como por la falta de información previa sobre la naturaleza de ese evento, que generó confusión e irritación entre los vecinos, que en muchos casos entendieron que lo que se había afectado era la obra mayor, y no simplemente un canal temporal.

Pero quiero dejar en claro, una vez más, lo siguiente: primero, que la ciudad puede tener la seguridad de que la obra sigue en marcha y que sus plazos no han cambiado; segundo, que todos los gastos derivados de este lamentable suceso serán asumidos por los contratistas, sin ocasionar pérdidas a la comuna o a los vecinos; tercero, que la municipalidad de Lima contará con el apoyo de los Colegios Profesionales de Ingenieros y de Arquitectos para reforzar su función supervisora; y cuarto, que nos preocuparemos en informar adecuadamente en esta y otras obras para evitar malentendidos y confusiones. Lo ocurrido en el río tuvo imágenes fuertes, pero no ocasionó problemas que retrasen la conclusión de las obras, con seguridad y en los plazos estipulados.

Pero lo más complicado de esta reforma vial, del ordenamiento del tránsito y del transporte ha sido lidiar con la desconfianza de los transportistas, los taxistas, y las dificultades generadas para el público: el reordenamiento de paraderos y rutas causa incomodidad en los usuarios durante las primeras semanas; la reforma genera resistencias en algunos transportistas y en los que lucran con el desorden vigente hace ya tanto tiempo, como lo atestiguan los ocho paros que sufrimos todos en los últimos dos años. Pero las personas ya perciben el beneficio de paraderos claramente indicados; los transportistas, en su gran mayoría, han decidido apostar por la modernización del sistema y participan, junto con las autoridades del municipio, en la reforma del sistema; y los taxistas podrán sentir, antes que acabe el verano, los primeros beneficios de la reforma.

Ordenar Lima es difícil, porque lo nuevo es siempre incierto, y siempre hay costos en el cambio. Pero todos los que aquí viven y trabajan aspiran a una ciudad mejor, más organizada, más humana y para eso me eligieron alcaldesa. Cumpliré con este compromiso, a pesar de las dificultades, corrigiendo errores y dialogando con todos; porque Lima no puede parar de progresar y el progreso solo vale cuando es para todos. Eso es lo que estoy haciendo.

2. Comercio mayorista de alimentos
Es con la misma convicción y voluntad de enfrentar los desafíos de Lima que asumí la impostergable y necesaria decisión de trasladar el comercio mayorista de la ciudad, de La Parada al nuevo mercado de Santa Anita. Fue quizás la decisión más difícil que tuve que tomar en el 2012.

Si bien nadie había antes tomado y ejecutado una decisión de ese tipo en el país, no pretendemos escudarnos detrás de esta realidad, y queremos en esta oportunidad volver a señalar que lamentamos los tristes sucesos ocurridos el día 25 de octubre.

Ofrecer a los comerciantes mayoristas un nuevo espacio para la realización de sus labores era una necesidad de la ciudad. Lima requería que la comercialización al por mayor de los productos agrícolas se realizara en condiciones de higiene y de mayor seguridad, en el sentido pleno de la palabra. En este momento, luego de cuatro meses de inaugurado el nuevo mercado, podemos afirmar que éste viene cumpliendo cada vez mejor este objetivo. Ahora, en él se comercia 20% más alimentos de lo que se vendía en el antiguo mercado mayorista, en mejores condiciones de salubridad y de seguridad; y cada domingo, como pueden atestiguar las 50.000 personas que ya han asistido, familias enteras van a hacer su mercado con los precios más bajos de la ciudad, en un local amplio, moderno, limpio y totalmente seguro.

Siempre fui consciente que la conclusión del comercio mayorista en La Victoria tendría impactos más allá de lo que sucedía al interior de La Parada. Por ello, desde semanas antes del traslado, la municipalidad ha venido trabajando para reducirlos y ofrecer soluciones a los afectados con esta decisión.

En estrecha colaboración con el Ejecutivo, la municipalidad de La Victoria y diversas iglesias y empresas privadas pudimos dar una respuesta inmediata a las demandas más urgentes que se presentaron en la zona. Agradecemos a todos ellos por este apoyo.

Hoy podemos decir que se ha logrado responder a las necesidades de empleo de la mayoría de estibadores y transportistas manuales. Una parte importante viene realizando estas labores en el nuevo GMML, otra parte se ocupa de la limpieza y el mantenimiento de áreas verdes del nuevo mercado y otra ha sido reubicada en empresas privadas y municipales.

Asimismo, hemos acordado con los representantes de los 1900 comerciantes minoristas de los alrededores de La Parada crear un mercado minorista municipal en los alrededores del GMML, proyecto que deberá concretarse durante este año. Y con nuestro programa Mercados Competitivos, este año ayudaremos a docenas de mercados minoristas a mejorar su infraestructura y rentabilidad.

Mientras tanto en Santa Anita, donde ya laboran 980 mayoristas, este año se acogerá a más comerciantes, y se mejorará la infraestructura del nuevo mercado y la red vial que lo circunda.

De esta manera queremos recuperar las mejores energías que existen en La Parada y ofrecerles condiciones para que crezcan y se desarrollen de manera ordenada y en beneficio de la ciudad.

Lo que aún está pendiente es iniciar la construcción del parque en el área que ocupaba La Parada y, junto a la Municipalidad de La Victoria y el Ministerio del Interior, realizar la renovación de su entorno en beneficio de los vecinos, de los comerciantes de abarrotes y los empresarios textiles de Gamarra. Esto es urgente y necesario para llevar a buen puerto la reforma emprendida. No dejaremos a medio camino la recuperación de La Parada y la mejora en la calidad de vida que esto conlleva para los que allí moran y trabajan.

Esta es quizás la tarea más exigente, pero que nos crea más esperanza, pues no se trata solo de construir un parque donde antes estaba el mercado. Lo fundamental es crear los programas y condiciones para que los jóvenes de San Cosme y alrededores tengan oportunidades de desarrollarse como personas y ciudadanos. Para coordinar esta tarea he invitado al Padre José Ignacio Mantecón, más conocido como el Padre Chiqui, quien ha trabajado por más de 20 años con jóvenes en situación de riesgo en El Agustino, en uno de los programas más exitosos de prevención del delito en América Latina.

Esa es la esencia de la nueva parada: un parque lleno de jóvenes haciendo deporte y cultura, y con oportunidades laborales.

3. Espacios públicos y seguridad
Un espacio público recuperado, ocupado por los vecinos, se convierte en un lugar seguro. Eso lo sabe quién lo vive. Acá, a pocas cuadras, los vecinos de la plazuela del Cercado, en Barrios Altos, han visto cómo un espacio degradado y peligroso se ha convertido hoy en el corazón del barrio, el lugar donde se reúnen los vecinos de todas las edades para compartir y disfrutar de retretas, conciertos criollos, danza y teatro. Hasta turistas están llegando a una zona que hasta hace poco había sido olvidada por la ciudad. Lo mismo sucede con 17 parques y plazas del centro histórico, entre ellos la plaza Italia y la plazuela de la Buena Muerte.

Aunque buscamos siempre mejorar la coordinación con la Policial Nacional y participar en el esfuerzo de todos para combatir la criminalidad, el pandillaje, el tráfico de drogas y otros problemas de convivencia, la MML no puede ordenar que haya más policías en las calles de Lima. Por eso dedicamos nuestro esfuerzo para combatir la inseguridad ciudadana con prevención y vigilancia.

Prevención, que aleje a nuestros niños y jóvenes de la marginalidad, la falta de oportunidades y el vicio. Prevención, ocupando espacios públicos, y trabajando con jóvenes. Eso es lo que ya estamos haciendo, y a una escala nunca antes vista en la ciudad.

Solo el año pasado, medio millón de limeños y limeñas de todas las edades tomaron las calles y plazas de la ciudad para ver y hacer música, danza y teatro en las cerca de 600 presentaciones de Cultura Viva, un programa bandera de esta gestión. ¿Quiénes son los músicos, bailarines y actores que hicieron esto posible? Son nuestros jóvenes, quienes todos los días, por todo Lima, están creando arte y belleza. Solo necesitan un espacio, y un mínimo de apoyo de la Municipalidad, para mostrarnos su talento, desarrollarlo, y encontrar en él una guía para lograr una vida sana.

Estos grandes logros en cultura se repiten en el campo deportivo. Más allá de las losas y canchas construidas, lo nuevo es la creación de las Escuelas Deporlima, que hasta el 2012 han atendido a 100.000 niños y adolescentes en complejos municipales, losas vecinales y parques zonales. En estos momentos, alrededor de 50.000 niños más están participando de estas escuelas gratuitas, o de muy bajo costo, en 180 puntos de toda la ciudad, donde practican vóley, fulbito, fútbol, básquet, box, natación y ajedrez. Mente sana en cuerpo sano.

Y en el campo vocacional, el Programa Chicos Chamba ya ha ofrecido capacitación laboral a 30.000 adolescentes en toda la ciudad. No solo eso, todos ellos han participado en cursos de fortalecimiento de sus capacidades interpersonales y su autoestima, y en actividades que estimulan su creatividad artística. Así, además mejorar sus posibilidades de inserción en el mercado laboral, estos 30.000 jóvenes están mejor preparados para enfrentar mejor su proyecto de vida.

Tanta cultura y tanto deporte son una realidad. Imaginen qué podremos hacer cuando, a mediados del próximo año, hayamos duplicado las áreas verdes de nuestros parques zonales, gracias a la ampliación de los 16 existentes y la construcción de siete nuevos parques en Santa Rosa, Ancón, Villa María del Triunfo, Pachacamac, Lurín, Chaclacayo y Ate. Imaginen qué se podrá hacer con una decena de centros culturales CREA en toda la ciudad, de los cuales ya hemos inaugurado dos, y con docenas de canchas nuevas en todas las limas ¿Cuántos niños más haciendo deporte, cuántos jóvenes más haciendo cultura en estos nuevos espacios? A eso hay que sumarle los 15 Km de parques que se están construyendo ya en la Costa Verde; el kilómetro de espacios públicos que estamos terminando ya en las playas de Villa El Salvador, la Costa Verde Sur; las 20 hectáreas del Parque Cantagallo, en el corazón de la ciudad, cuya construcción se inicia este año.

Y en nuestro Centro Histórico donde miles de limeños y limeñas pasan su tiempo libre cada fin de semana, las plazas recuperadas, las calles peatonalizadas y los museos, teatros y galerías se complementan con una mejora substancial en la seguridad: en los últimos dos años hemos incrementado el número de serenos, de 800 a 1.200 efectivos; hemos inaugurado el Centro de Control de Operaciones (CECOP), el cual recibe las imágenes de 500 videocámaras ubicadas en el Cercado, en el ámbito del Metropolitano, y en todos los semáforos inteligentes de la ciudad; y hemos adquirido 100 nuevos vehículos para patrullaje de las calles y los nuevos espacios públicos.

Todos estos son espacios nuevos para la ciudad, espacios para las familias limeñas. Así, desde la Municipalidad, y buscando siempre asociar a las autoridades de los distritos, estamos enfrentando directamente las causas de la inseguridad ciudadana: la juventud sin perspectivas, y los espacios públicos abandonados. Una ciudad más ordenada, hace una ciudad más segura. Y una ciudad más segura hace una ciudad más ordenada.

4. Mejoramiento de barrios
Esto es lo que estamos haciendo para ordenar la ciudad. Pero esa es solo la mitad de nuestra misión en la Municipalidad Metropolitana. La otra mitad, tan importante como la primera, es mejorar las condiciones de vida en los barrios populares de Lima, muy lejos de las oportunidades de una vida digna.

La ciudad tiene una deuda histórica con estos barrios. Esta gestión municipal está empeñada en pagar esa deuda. No como un favor, sino porque el acceso a infraestructura y servicios de calidad es un derecho de todos los limeños, en especial de los más humildes. Nuestra gestión tiene como objetivo la justicia social, sin la cual Lima no será la ciudad de todos, sino territorio de desunión, desorden y discriminación. Es nuestro deber y nuestra prioridad invertir en los barrios populares, para mejorar la vida de los más humildes y quienes más requieren del estado.

Para hacer una ciudad más justa hemos creado un programa de inversiones en barrios muy ambicioso. Se llama BarrioMio, y está hecho para que la ciudad suba los cerros, como nos comprometimos hace dos años en campaña. BarrioMío está hecho para que nuestros vecinos que viven en condiciones humildes tengan pistas y veredas, parques, polideportivos, bibliotecas, centros comunales, y muchos árboles, allá arriba, donde viven. Para que en estos barrios, también, las familias tomen las calles, los pasajes, los espacios comunes, y las llenen de vida comunitaria, de cultura, de deporte.

En la zona Z de Huaycán, en Ate, un vecino nos contó cómo la nueva pista ha permitido que los carros lleguen hasta arriba, y que los niños ya no estén llenos de polvo todo el día. En Collique, Comas, las docenas de pueblos en los que se van a construir muros de contención ya han sido capacitados en gestión de riesgos, y están mejor preparados para enfrentar huaycos y sismos. En el sector de Paraíso, en Villa María del Triunfo, los vecinos y vecinas han plantado miles de árboles que mejoran el ambiente y aseguran las laderas.

Y este 2013, más de 600 pueblos verán hecha realidad una inversión nunca antes vista en estos barrios, con decenas de miles de árboles plantados, cientos de placitas, y 1000 escaleras y 700 muros de contención que ya empezaron a ser construidos en siete distritos de la ciudad. Además de los beneficios directos de cada obra, estas impactan en la calidad de vida de la gente de muchas otras maneras. Las placitas generan espacios vivos que aportan seguridad al barrio. Los árboles ayudan a mitigar el riesgo de derrumbes. Y, quizás más importante, los muros de contención permiten que suban las tuberías del agua ahí donde no ha llegado la red pública. El agua, de la cual aún carece un millón de limeños, debe llegar a todos. Sé que esta es una preocupación compartida con el Ejecutivo. Por eso, aprovecho la ocasión para reiterar al Sr. Presidente que considere incluir a las Municipalidades de Lima y El Callao en el directorio de SEDAPAL, para que el gobierno de la ciudad pueda aportar directamente a solucionar este problema fundamental de Lima.

Este año, también, empezarán los pilotos del nuevo Programa Metropolitano de Vivienda Popular, el primer esfuerzo de la ciudad desde hace 30 años por mejorar el acceso a viviendas dignas para los más humildes de la mano con el sector privado. Vamos a promover densificación, renovación urbana y nuevas urbanizaciones, pero para eso necesitamos que se complete la transferencia a Lima de las tierras del estado que administra la SBN. Estos es fundamental para parar las invasiones en los cerros y hacer de Lima una ciudad inclusiva.

5. Servicios sociales
Como en el caso del ordenamiento de Lima, para reducir las diferencias entre la ciudad moderna y los barrios populares la infraestructura es importante, pero siempre es más importante la gente. Los vecinos de la ciudad vivirán mejor con más pistas, más parques y mejores casas. Pero lo que realmente hace la diferencia es acceder a servicios de alta calidad y bajo costo, enfocados en los que menos tienen.

Durante el 2012 iniciamos el Programa Cero Anemia, que realizó el dosaje de Hemoglobina a 3,600 niños y niñas de 3 a 5 años en el Cercado. Estos niños ya están recibiendo un suplemento de micronutrientes para contrarrestar la anemia. Y en unas semanas más, lanzaremos Cero Anemia en toda Lima Metropolitana, en coordinación con los alcaldes distritales, para hacer realidad la meta de erradicar la anemia entre los niños menores de cinco años de esta ciudad.

En esta tarea impostergable, quizás la más importante que tiene el estado, el aporte de los programas alimentarios tiene que ser prioridad absoluta. Y en esta gestión lo es. El año pasado hemos logrado que la atención del Programa del Vaso de Leche se enfoque en quienes más lo necesitan: madres gestantes, madres lactantes y niños menores de 6 años. Del mismo modo, por primera vez las organizaciones de comedores del Cercado están participando del Comité de Gestión auspiciado por la Municipalidad, y hemos instalado, también por primera vez, el Comité Metropolitano de comedores populares, donde participan representantes de a 3.000 comedores de toda la ciudad.

Todo eso lo hacemos pensando en los niños. Para las madres, implementamos nuestro Servicio Integral contra la Violencia, o Warmi Wasi, donde hemos atendido, aconsejado y ayudado a más de 8.000 mujeres que venían siendo víctimas de algún tipo de maltrato, especialmente en sus hogares. Por otro lado, nuestro Programa Metropolitano del Adulto Mayor ha atendido mensualmente a un promedio de 1200 adultos mayores, y 13,494 adultos mayores han sido beneficiados con ingreso gratuito a los parques y diversos cursos y actividades recreativas. Finalmente, las personas con discapacidad tienen una atención especial en nuestra gestión: las escaleras que construimos en los cerros cuentan con identificación en escritura Braille, hemos incorporado un servicio de interpretación en lenguaje de señas en todas las gerencias, y hemos superado la cuota de la planilla para personas con discapacidad.

Una ciudad para todos es una ciudad donde la gente es primero, especialmente aquellos que están en situación de desventaja—los niños, las madres, los adultos mayores, las personas con discapacidad.

Por otro lado, hemos potenciado los Hospitales de la Solidaridad para que lleguen a más lugares y a más personas. En estos dos años hemos inaugurado cuatro nuevos hospitales y en el 2012 prestamos cerca de un millón de atenciones más que al inicio de mi gestión. Más importante aún, desde hace unos meses todas las personas que tienen acceso al SIS pueden ser atendidos de manera gratuita en los Hospitales de la Solidaridad.

Adicionalmente, hemos invertido mucho dinero y esfuerzo en mejorar la calidad de la atención, es calidad es lo que la gente merece. Quizás el mayor avance en este sentido se refleja en la implementación de las historias clínicas electrónicas, que permiten una atención más rápida, mejor informada, y hacen posible que los pacientes que lo necesiten sean derivados a otras instituciones del sistema de salud de la ciudad.

Hace unas semanas entró en funcionamiento el SISOL Joven, un hospital especializado en la atención a jóvenes y adolescentes. Y en este primer semestre del año, abrirán sus puertas las centrales de atención de emergencias y los centros materno-infantiles en los barrios más alejados de la ciudad, aquellos que están lejos de los hospitales públicos y de los Hospitales de la Solidaridad.

Además, se han realizado más de 180 campañas médicas gratuitas en los barrios populares de la ciudad, llevando doctores y equipos ahí donde más se necesitan. Así, hemos evaluado a 6.000 personas para diagnóstico de cataratas, de las cuales 1.700 fueron operadas exitosamente y sin costo alguno. También hemos identificado a cerca de 20.000 personas con sintomatología respiratoria, de las cuales más de 500 fueron diagnosticadas y tratadas por TBC.

6. Cierre
Lima está mejorando, paso a paso. En lo que va de esta gestión hemos logrado:

Casi un millón y medio de personas ahorran un promedio de 26 minutos diarios gracias al reordenamiento del transporte
Más de un millón de personas tomando las calles con los ciclodías, todos los domingos, en 32 distritos de la ciudad
480.000 pasajeros diarios en el metropolitano, más del doble que hace dos años
Medio millón de personas en presentaciones culturales en parques y plazas
Otro medio millón de personas en exposiciones, teatros, festivales
11 millones y medio de atenciones en los Hospitales de la Solidaridad, 800.000 más que hace dos años.
4,1 millones de visitas a los parques zonales de la ciudad, un millón más que en el 2010
100.000 niños y adolescentes en escuelas deportivas
50.000 personas beneficiadas con el ‘Día de la Familia’ en el nuevo Mercado de Santa Anita, con los precios más bajos de la ciudad
27.000 jóvenes capacitados en oficios y proyecto de vida
12.000 personas capacitadas en gestión de riesgos en los cerros de Lima

Estos son logros concretos en las tareas que nos hemos impuesto: ordenar la ciudad, y hacerla más justa. Tras dos años de gobierno, contamos con avances importantes que mostrar y tenemos todos los procesos de reforma encaminados. Pero aún nos falta mejorar en varios aspectos, y debemos redoblar esfuerzos para cumplir las metas que nos trazamos para el 2014.

Transformar Lima es difícil, tiene costos. Yo lo sé mejor que nadie. Por eso me esfuerzo cada día para escuchar más a quienes me eligieron, para responder mejor a los problemas que generan los cambios, para corregir errores y hacer los ajustes necesarios para mejorar nuestra gestión.

Estamos a mitad del recorrido. Fui electa por un mandato de 4 años para dar continuidad a las cosas buenas que se estaban haciendo, corregir las cosas erradas y realizar todas estas obras y reformas que le permitan a nuestra ciudad avanzar en el progreso y reducir las desigualdades. Estamos trabajando arduamente para poder cumplir con las metas que nos trazamos para el 2014.

Este trabajo, que realizo con honestidad y perseverancia, no es solo mío y de los funcionarios de la Alcaldía, de los regidores que colocan los intereses de Lima encima de sus intereses partidarios. Es un trabajo que requiere el apoyo y la participación de todas y todos.
Vamos juntos hacer de Lima una ciudad más humana, más justa y más unida.

Muchas gracias, de corazón.

Lima, 18 de enero del 2013.